La Unión, El Salvador. 25 de Enero de 2005.

Aunque este relato lo escribo desde La Unión y ya a solo unas horas de dejar El Salvador, hablare de Los Cobanos, Tamarindos y de El Salvador en General, ya que es un país que desde nada mas entrar se sale de lo común en Centroamérica.

Como ya había comentado en el relato sobre El Salvador, la legislación sobre turismo y el caos de los hoteles ya era patente, además de que sobre el mapa no hay nada que el Salvador pueda ofrecer nuevo después de todo lo visto hasta la fecha, no obstante, seleccionamos aventurarnos a varios sitios, el primero de ellos a pocos Km. de San Salvador, declarado patrimonio de la humanidad, la Joya del Cerem.

La Joya del Cerem fue descubierta por casualidad en 1976 al ampliar una industria bajo 14 metros de lava de 1400 años de antigüedad y consiste en unas ruinas mayas de esa misma antigüedad. No son ruinas de templos ni nada majestuoso que se haya conservado por su durabilidad sino que la erupción de un volcán durante 2 semanas continuas, cubrieron con 7 capas de ceniza húmeda y ligera un poblado indio maya y aunque no hay restos humanos porque los temblores los hicieron huir, se conservaron las chozas, las cosechas, los animales domésticos incluso platos con frijoles y demás frutos tal y como quedaron al hacer erupción y lo dejaron los habitantes. Al ser ceniza lo que cubrió el poblado no hundió ni destrozo y al ser las casas de barro, el calor las endureció para que hoy podamos disfrutarlo. Culturalmente es algo único en el mundo si bien adolece de la dejadez de un gobierno del que ya hablare mas adelante. Hay fotos, para los curiosos en el apartado correspondiente. El museo con las piezas encontradas se encontraba cerrado por conflictos entre la ONG que lo gestionaba y el gobierno, si bien en un futuro cuando se descubra algo mas del 91 % que queda por excavar y todos se pongan de acuerdo, será un gran sitio.

De ahí yo ya estaba arto de El Salvador porque lo único que hay es desorganización en cuanto al tema del turismo, para ellos tienen unos lugares llamados turicentros gestionados por el Instituto de turismo que solo sirven para refrescarse un día, concretamente los domingos y se mantienen cerrados el resto de la semana, pero para quien cruza medio mundo, no hay nada que hacer. Es un país pequeño, muy caluroso, con una parte del pacifico como cualquier otra en la zona, y teniendo el Caribe a tiro de piedra, no entiendo alguien de fuera que prefiera el Pacifico, los parques naturales no tiene accesos y senderos marcados, y si te internas en ellos corres el riesgo de terminar muerto en una cuneta por la delincuencia del país, eso cuando además no hay que pedir permiso para ir por teléfono y en horario de oficina a alguna institución de las tantas que hay. En fin, que aunque el sentido común pedía marcharse del país y dejar de perder el tiempo, la decisión final fue elegir algunos otros sitios e intentar suerte. Así que el siguiente destino, fueron los Cobanos, al norte de San Salvador, segun las guían nos encontrariamos el único arrecife de Centroamérica en el Pacifico y dos barcos hundidos que podrían verse con facilidad. Ahí llegamos el domingo. Había dos opciones. Pagar 59 dólares por unas cabañas con piscina que ni de lejos costaban lo que pedían, que aunque amplias y limpias, pedir por ellas mas de 18 o 20 dólares es robar directamente, o dormir en las Cabañas Mar de Plata que por 10 dólares haciendo precio especial, nos dejarían dormir, ya que para variar se alquila por horas o a los bañistas para que dejasen su ropa. La habitación deprimente, y el entorno para pedir que te trague la tierra, pero con mas estomago que otra cosa, nos quedamos, nos dimos el paseo, fotos, bañito en el mar formado por pozas donde las olas rompen por fuera y es muy agradable si se va con el calzado adecuando, el arrecife del que hablaban era volcánico y oscuro apenas sin vida, no de coral con aguas cristalinas, pero para peor, no había quien alquilara equipos por lo que no se podía ver, los barcos hundidos estaban muy profundos y en el quinto demonio, y no había barcas que te llevaran mas que a precios que mas parecían drogados que otra cosa. En fin. En mi tierra se dice claramente de una forma muy peculiar. MENUDA MIERDA DE SITIO (perdón), pero lo terrible no termina ahí, después del baño, volvemos a nuestra cabañita y nos damos cuenta de que todo el mundo se marcha y de que nos quedamos solos, bueno solos no, el vigilante era una especie de gnomo pequeño a quien nunca vi la cara que no hacia mas que tocar el alma por no decir algo mas intimo, primero corto la luz porque no estaba acostumbrado a que nadie se quedara ahí, cuando conseguimos luz fuimos a ducharnos a los baños que estaban fuera y que no habíamos visto. Dios mió… el gnomo ese pretendía que nos ducháramos con el agua que almacenaban en unos grandes barriles de plástico y encendió el pozo para que se llenaran, pero no nos dijo nada (debía ser lo normal para el) pero nosotros nos metimos en la ducha como las personas (que la ducha por cierto, mejor no la describo) y cuando yo tenia la cabeza llena de jabón, y el cuerpo a medio aclarar, la mente brillante del personajillo ese corta el pozo porque dice que el motor se puede quemar, así que ahí me puse yo, con una toalla pequeña de mano que apenas me tapaba las nalgas, lleno de jabón la cabeza y parte del cuerpo a llamar de todo al subnormal profundo del vigilante a voces con medio pueblo mirándome el culo. Pues al fin pude ducharme y de paso conseguí que el gnomo idiota ese desapareciera de mi vista todo el tiempo que me resto ahí. Obviamente al día siguiente el primer bus era presidido por la mochila y sus usufructuarios diciendo adiós a Los cobanos a su arrecife, a las cabañas, al gnomo y a toda su real familia, incluido a El Salvador, que no se para que demonios entre aquí o porque no me fui cuando vi el desorden turístico y a todos los niveles que había.

Así que camino a casa y como no daba tiempo a cruzar la frontera terminamos en La Unión. Puerto situado en el Golfo de Fonseca que a su vez convergen en dicho golfo aguas de Nicaragua, Honduras y El Salvador y desde el sacamos la foto de los tres países.

Bueno, pues aquí estamos de maravilla, junto al parque central hemos encontrado un hotel por 8 dólares llamado El Dorado, con buena gente y ya se me ha pasado la mala leche de El Salvador, si bien, no volveré aquí mas que por necesidad. Creo que el Salvador es para los Salvadoreños y me parece muy bien, ya que aquí yo soy un extraño, pero desde luego si lo se antes me hubiese ahorrado un dinero muy rico.

En cuanto a mis impresiones personales del país, me parece barato a excepción de los alojamientos, pero al parecer esta a punto de regularse por ley. Aparte podría dividirlo en dos partes, de San Salvados hacia el norte es un país con infraestructuras moderno, e impresionante desde el punto de vista comparativo con el resto de Centroamérica, pero de San Salvador para el sur es mas de mismo, pobreza, miseria, infraestructuras bien encaminadas pero aun en camino. En cuanto a la gente, misma división, norte son aprovechados y desleales, y en el sur, agradables, pacíficos y simpáticos. Las pandillas de Maras están también en este país, si bien parece ser que es el que mas esta luchando contra ellos, pero la policía es incompetente, y se deja sobornar por un sándwich como nos paso personalmente en El Salvador, así que es realmente patético.

Mañana por tierra, cruzaremos la frontera hacia honduras y tras 2 horas de bus estaremos en Nicaragua de Nuevo, donde todo anda mal como siempre y los políticos cualquier día destrozan de nuevo el país, pero donde por ahora me siento a gusto.

Un saludo desde La Unión. Golfo de Fonseca (El Salvador).

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